Meritocracia y educación: más allá de la igualdad de oportunidades

Javier Rujas

Resumen


El retorno de la desigualdad ha generado un resurgimiento de la crítica a la meritocracia. El término fue acuñado en torno a 1950 para alertar sobre los peligros de construir una sociedad basada exclusivamente en el mérito. Progresivamente, perdió su connotación negativa y la creencia de que el éxito es fruto del trabajo duro creció en los países occidentales mientras aumentaba la desigualdad. La meritocracia no es una mera ficción: es una ideología incorporada en la socialización, especialmente en el sistema escolar, que afecta a nuestra percepción de los demás y de nosotros mismos. Es, además, un recurso estratégico en las luchas que se dan en distintos campos, instituciones y profesiones. Se espera del sistema escolar que asegure la meritocracia, en su versión progresista —la igualdad de oportunidades— o en su versión conservadora —la “cultura del esfuerzo”—. Perpetuando la ideología del don y la ideología del mérito, sin embargo, el sistema escolar no solo no realiza la meritocracia ni la igualdad de oportunidades, sino que revela todas las contradicciones que produce la búsqueda de la meritocracia escolar. Todavía útil, la igualdad de oportunidades no es el único horizonte posible de la igualdad. No debe olvidarse la igualdad de posiciones.

Palabras clave


meritocracia, desigualdad, educación, igualdad de oportunidades

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DOI: https://doi.org/10.7203/con-cienciasocial.5.24276

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