En la sociedad hipermedia donde predomina el uso indiscriminado de múltiples pantallas desde edades cada vez más tempranas, es necesaria no solo la convivencia digital, sino además el respeto a los derechos de la infancia. Aspectos a los que debe unirse la responsabilidad por parte de los medios y también de las familias que educan a los menores. En este contexto surge esta investigación donde se revisa la literatura existente y se identifican dos planteamientos diferentes en torno a los dispositivos móviles e infancia; el referido a usos y posibilidades educativas y de enriquecimiento personal para los pequeños y, el que apunta usos abusivos y problemas derivados de su utilización. Este estudio de corte teórico muestra una revisión y reflexión basada en las ideas de un importante conjunto de autores que, en la era digital cuando la sociedad en general y de forma concreta la infancia utilizan la tecnología, apuestan por el empoderamiento del niño para convertirle en un receptor crítico. Por tanto, teniendo en cuenta que la infancia convive con los medios y que existen diferentes niveles de actividad de los niños frente a estos, se plantea una propuesta de niveles centrada en la actividad, la creación y la crítica social. Una propuesta que es posible alcanzar teniendo en cuenta la educación en, con y para los medios. Así mismo, en el marco de la CDN se propone que familias y escuelas potencien un uso adecuado de medios y pantallas por parte de la infancia.
In the hypermedia society the indiscriminate use of multiple screens is observed from an increasingly early age. For this reason, digital coexistence, respect for children's rights, and a sense of responsibility from the media and from families who educate children are required. This study reviews the literature in this field and identifies two approaches to the use of mobile devices in childhood. One approach highlights the uses of such devices as well as the opportunities they provide for children’s education and personal enrichment, whereas the other highlights their abusive uses and the problems caused by using them. This theoretical study reviews and reflects on the ideas of numerous authors who – in this digital age when society in general and children in particular are using technology – are committed to empowering children to become critical receptors. Bearing in mind that childhood and the media cohabit the same space and that different children are engaged in different levels of media activity, we propose a range of levels that are based on activity, creation and social criticism. This proposal is achievable if we take into account education in, with and for the media. The CRC also recommends that families and schools should encourage suitable media and screen use by children.
En la societat hipermediàtica en què predomina l’ús indiscriminat de múltiples pantalles des d’edats cada vegada més primerenques és necessària no sols la convivència digital, sinó a més el respecte dels drets dels xiquets. Aspectes als quals ha d’unir-se la responsabilitat dels mitjans i també de les famílies que eduquen els menors. En aquest context sorgeix aquesta investigació en què es revisa la literatura existent i s’identifiquen dos plantejaments diferents sobre els dispositius mòbils i els xiquets; el referit a usos i possibilitats educatives i d’enriquiment personal per als xiquets i el que apunta usos abusius i problemes derivats de la seua utilització. Aquest estudi de tall teòric mostra una revisió i reflexió basada en les idees d’un important conjunt d’autors que en l’era digital, quan la societat en general i de manera concreta els xiquets utilitzen la tecnologia, aposten per l’apoderament del xiquet per convertir-lo en un receptor crític. Per tant, tenint en compte que els xiquets conviuen amb els mitjans i que hi ha diferents nivells d’activitat dels xiquets enfront d’aquests, es planteja una proposta de nivells centrada en l’activitat, la creació i la crítica social. Una proposta que és possible posar en pràctica tenint en compte l’educació sobre, amb i per als mitjans. Així mateix, en el marc de la CDX es proposa que famílies i escoles potencien un ús adequat de mitjans i pantalles per part dels xiquets.
En la sociedad hipermedia predomina el uso indiscriminado de pantallas desde edades cada vez más tempranas.
La infancia convive con los medios y existen diferentes niveles de actividad de los niños frente a estos.
Los menores tienen derecho a acceder a la información en las mejores condiciones posibles.
Una revisión de la literatura existente.
Una identificación planteamientos en torno a los dispositivos móviles e infancia.
Una apuesta por el empoderamiento del niño para convertirle en un receptor crítico.
Cuatro categorías principales de uso y manejo de dispositivos móviles por parte de la infancia: los móviles y su función lúdica, los móviles y las aplicaciones educativas, los móviles como chupetes electrónicos o niñera digital y los móviles y su uso abusivo.
Diferentes niveles de actividad de la infancia ante los medios.
Se propone una propuesta de niveles centrada en la actividad, la creación y la crítica social.
Se propone, en el marco de la CDN, que familias y escuelas potencien un uso adecuado de medios y pantallas por parte de la infancia.
A lo largo de los últimos años la tecnología y las pantallas se han adueñado de la vida de la ciudadanía en general e independientemente de su rango de edad, el uso de herramientas tecnológicas se ha generalizado. Según recoge Telefónica en el Informe de la Sociedad de la Información (
“El uso de dispositivos móviles ha tenido una penetración horizontal y vertical entre la población, trascendiendo la pertenencia de clase, […] las diferencias de género y generacionales, el grupo étnico o el capital cultural”.
En este sentido y atendiendo al colectivo de la infancia, más allá de las cifras, interesa analizar el uso y/o el abuso que el colectivo de menor edad realiza de las pantallas. Además de ello, centra la atención la innegable convivencia, derivada de la realidad mediática que puede atribuirse al uso a factores externos en los cuales la familia juega un papel decisivo. Junto con la escuela, deben ejercer un control y deben contar con los conocimientos mínimos que la situación exige, conocimientos que les permiten comunicarse e interactuar en la sociedad digital más reciente. En la función de adultos se conjuga por tanto una doble vertiente: la normativa y la cognitiva entendiendo que esta última es compartida con los más pequeños en tanto que la «Generación Z» a la que Atrevia en su Web denomina como «Autodidactas, creativos y sobreexpuestos a la información» son niños y niñas que cada vez de forma más temprana conocen el funcionamiento de las herramientas tecnológicas; sin embargo, en esta dimensión cognitiva son los adultos los que poseen una madurez superior que les permite interactuar y comunicarse de forma adecuada en la virtualidad.
La postmodernidad ha cambiado el sentido de la experiencia pero no sólo para introducir tolerancia, diversidad y respeto, sino también pensamiento debilitado, asociado a una experiencia espectacularizada de lo real, transformada en puro entretenimiento.
En esta era hipermedia, la convivencia de los niños con medios y pantallas es incuestionable. Concretamente, la pasión de los más pequeños por los dispositivos móviles es una realidad recogida en múltiples publicaciones a nivel internacional (
Siguiendo a
En definitiva, la escasez de estudios que abordan la relación de la primera infancia con pantallas y dispositivos móviles dificulta la identificación de apreciaciones completas y precisas sobre la relación de los niños con dichos dispositivos, el valor simbólico atribuido por estos al objeto en cuestión, los contextos a los que tienen acceso o los efectos de esta tecnología en su vida personal, familiar y en su aprendizaje.
A nivel legislativo y normativo destaca la Convención de los Derechos del Niño (
La influencia de los medios se recoge además en el artículo 17 de la CDN, donde los Estados Partes reconocen la importante función que desempeñan los medios de comunicación y se plantea el papel de los medios en la difusión de información destinada a los niños. Asimismo se hace referencia a que velarán porque estos tengan acceso a información y material procedentes de diversas fuentes nacionales e internacionales, en especial, la información y el material que tengan por finalidad promover su bienestar social, espiritual y moral y su salud física y mental. Con tal objeto, los Estados Partes:
Alentarán a los medios de comunicación a difundir información y materiales de interés social y cultural para el niño, de conformidad con el espíritu del artículo 29;
Promoverán la cooperación internacional en la producción, el intercambio y la difusión de esa información y esos materiales procedentes de diversas fuentes culturales, nacionales e internacionales;
Alentarán la producción y difusión de libros para niños;
Alentarán a los medios de comunicación a que tengan particularmente en cuenta las necesidades lingüísticas del niño perteneciente a un grupo minoritario o que sea indígena;
Promoverán la elaboración de directrices apropiadas para proteger al niño contra toda información y material perjudicial para su bienestar, teniendo en cuenta las disposiciones de los artículos 13 y 18.
En este sentido,
Por ello la Convención insta a que los medios de comunicación difundan información y materiales de interés social y cultural para el niño y que se aliente la producción y difusión de libros y recursos para las audiencia infantiles entre otros aspectos (
En definitiva, y teniendo en cuenta el innegable contacto de los más pequeños con las pantallas, la Convención plantea la necesidad de ofrecer al niño pantallas, contenidos e informaciones donde se sientan representados y donde como colectivo tengan una presencia real y poderosa. Así recoge la
Los menores tienen derecho a acceder a la información en las mejores condiciones posibles, a formar parte activa de la sociedad, lo cual implica el derecho a la libertad de expresión, a la información sin manipulación, al uso de recursos adecuados a su edad y formación. Todo ello requiere un proceso de aprendizaje que debe acometer la familia y la escuela como entidad responsable de la educación obligatoria, para lograr una ciudadanía mediática, autónoma (
En este sentido, la educación mediática debiera estar presente en el marco de la Educación Infantil ya que sentará las bases para no solo la recepción de información sino para en un futuro una interpretación crítica y una producción responsable y cívica, en definitiva, un buen uso de los medios. Desde esta etapa se forma a «prosumidores» (
El enfoque de derechos supone la creación de espacios que permitan el desarrollo personal y colectivo, y obliga a los adultos a replantear su rol y las relaciones que tejen con los niños con el objeto de establecer relaciones de igualdad como auténticos sujetos de derechos que son. Además, la Observación general número 1 formulada por el Comité de expertos de Naciones Unidas en el 2001 señala que, “los niños también deben aprender lo que son los derechos observando su aplicación en la práctica, ya sea en el hogar, en la escuela y/o en la comunidad. La educación en derechos humanos comienza con las experiencias de los niños/niñas.” Una orientación que pone de relieve la importancia y el papel que poseen la familia y escuela como responsables de promover el desarrollo de la competencia mediática de los niños.
En esta línea, treinta años después de la formulación de esta Carta Magna, los derechos de la infancia siguen sin ser totalmente ejercidos y lo que es más preocupante, tal y como señala
El desafío, por tanto, consiste en poner en práctica y hacer efectivos estos discursos en las actuaciones directas con los niños, en orientarlos y apoyarlos para favorecer su desarrollo personal y colectivo, creando desde el contexto familiar y escolar espacios de ejercicio de derechos y de práctica ciudadana. Esto requiere que los adultos establezcan relaciones simétricas, de igualdad y colaboración con los niños.
Teniendo en cuenta la situación actual y la relación de los menores con las pantallas, en esta investigación, se revisa la literatura existente que identificamos con dos planteamientos diferentes en torno a los dispositivos móviles e infancia:
el que plantea usos y posibilidades educativas y de enriquecimiento personal para los pequeños y,
el que apunta usos abusivos y problemas derivados de su utilización.
En este sentido, podemos inferir cuatro categorías principales de uso y manejo de dispositivos móviles por parte de la infancia presentes en la
En la actualidad existen diferentes trabajos centrados en explicar los usos y las potencialidades de los móviles en el contexto infantil. Frente a las visiones que apuestan por centrar la atención en el uso meramente lúdico, estudios como
En su estudio, se acuña el término móvil como «chupete electrónico», al señalar que las familias están confiriendo esta función a este dispositivo digital que cumple desde su perspectiva, el propósito de calmar al pequeño y mantenerle entretenido a la vez que incluso, se describe que se proporciona el acceso a los pequeños a estos para que los adultos puedan disfrutar de su propio tiempo personal. Es así como deben entretenerse de formas no siempre propias de su edad; en ocasiones los dispositivos tecnológicos se convierten por un momento en «niñera digital» (
Asimismo, en las investigaciones que abordan el uso de dispositivos móviles por parte de los niños existe una tendencia a evidenciar los peligros o problemas derivados de su uso por parte de la población infantil, quedando escasamente explorados posibles beneficios de este uso en el campo educativo o bien en el desarrollo personal. En relación a los efectos negativos,
Los aspectos positivos han sido descritos en el marco de la educación obligatoria, pero constan resultados de su aplicación en la Educación Infantil. A partir de los 6 años, inicio de la Educación Primaria, se describen experiencias (
En todo caso, es posible hacer referencia a un resurgir de la polémica o el debate académico en torno a medios y pantallas y su presencia y convivencia con los más pequeños, al igual que ya sucedió en su momento con la televisión, también denominada «niñera electrónica». En este punto:
Parece claro que para comprender el impacto y el efecto de la televisión sobre los niños debemos, antes que nada, abandonar el concepto no realista de lo que la televisión ‘hace a los niños’ y sustituirlo por aquel de lo que los niños hacen con la televisión
Por tanto, resulta clave trasladar tal afirmación a lo que actualmente está sucediendo con los dispositivos móviles, considerando la necesidad imperante en nuestro contexto de investigar qué es lo que los niños hacen con los móviles en la actualidad y qué es lo que está motivando realmente el uso de estos dispositivos por parte de los más pequeños.
Este estudio de corte teórico muestra una revisión y reflexión basada en las ideas de un importante conjunto de autores que, en la era digital cuando la sociedad en general y de forma concreta la infancia utilizan la tecnología, apuestan por el empoderamiento del niño para convertirle en un receptor crítico. Autores de reconocido prestigio en el ámbito infantil que abogan por criterios como el de visilibización de la infancia y responsabilidad adulta como factores clave a la hora de posibilitar la convivencia de la infancia y los medios.
Esta investigación gestiona la revisión de las ideas sin utilizar estadísticos para llevar a cabo la fundamentación de la tesis de
La infancia convive con medios, los manejan como nativos digitales que son y, construyen su identidad personal a través de ellos, explorando, descubriendo y conociendo. Existen diferentes niveles de actividad de los niños frente a los medios; estadios descritos por autores como (
Dichas escalas quedan reflejadas en la
El primer nivel, corresponde al
En el segundo nivel,
En este sentido familia y escuela han de primar la alfabetización mediática adecuada y de calidad, (
La educación con medios supone desde la perspectiva de
La educación en medios, supondría el aprendizaje de los conceptos básicos de la competencia mediática ya que se convierten desde este eje pedagógico en objeto de estudio cuyos contenidos aparecen reflejados en los de las diferentes áreas o materias, constituyéndose como recurso para la expresión de la creatividad personal a través de su dominio y comprensión.
La educación ante los medios supondría el desarrollo en los niños de la habilidad reflexiva, que les ayude a desarrollar una mirada crítica ante los medios, fomentando actitudes positivas y posturas activas y comprometidas proclives al desarrollo de una ciudadanía participativa, ética y democrática.
La propuesta de niveles de actividad infantil frente a los medios y los ejes pedagógicos sugeridos por
En tiempos de una modernidad “líquida, imprevisible y sin certezas” (
Llegados a este punto conviene hacer hincapié en la perspectiva de la infancia sobre temas que afectan a su vida, un hecho que, como se ha podido apreciar a lo largo de esta investigación, se ha convertido en centro de atención de investigadores educativos. Resulta clave escuchar las opiniones de los niños y que estos sean tenidos en cuenta en los diferentes contextos en los que se desenvuelven. Un hecho que supone un desafío para la investigación educativa actual.
Según puede derivarse de los estudios indicados, la concepción de la infancia presentada se identifica con un colectivo competente, activo, con derechos, con capacidad de tomar decisiones y por lo tanto, de participar como ciudadanos (
Por su parte, el Comité de los Derechos del Niño, consagró el 7 de octubre de 1996 uno de sus debates a la cuestión del niño y los medios de comunicación. Este debate expresó la opinión de que, la prensa y otros medios de comunicación cumplen (o pueden cumplir) funciones esenciales en la promoción y protección de los derechos fundamentales del niño y en la puesta en práctica de los principios y las normas de la Convención. Además, hizo especial alusión a la posibilidad de que los medios de comunicación ofrecieran a los niños la oportunidad de expresarse y ser tenidos en cuenta. Para ello, debería promoverse el programa de UNICEF “La juventud opina” en la World Wide Web como foro infantil en Internet para el debate internacional sobre cuestiones relevantes para la juventud. Su desarrollo es escaso y lento lo que refleja cómo la perspectiva infantil sigue siendo infravalorada y silenciada.
En este sentido, no podemos obviar que determinadas experiencias o estudios reseñables recogen el rol protagónico infantil vinculado con los medios (
Además, contamos con diferentes trabajos que muestran la perspectiva de la infancia sobre los medios, concretamente la publicidad (
Por tanto, esto supondría un reto a la hora de contar con investigaciones que incorporen y acerquen experiencias de participación de los más pequeños con los medios, estudios que recojan su perspectiva, intereses y motivaciones. Investigaciones que indudablemente nos ayudarán a conocer mejor a la infancia.
Además de esto, no podemos olvidar que la investigación con niños debe tener presente la ética que ha de orientar el desarrollo de estudios donde el bienestar superior del niño, su seguridad, libertad y capacidad de decisión en torno a su participación en la investigación deben ser principios inalterables. Al respecto,
Suministrar información clara del objetivo de estudio a las personas relacionadas con él (comunidad académica de colegio, directivas docentes, estudiantes).
Informar del proceso a partir del cual se obtendrá información.
Asegurar la confidencialidad y el anonimato de los participantes.
Explicar a los niños las razones por las cuales se requiere su colaboración.
Ofrecer a los niños de los grados seleccionados, la oportunidad de participar o no en el estudio (la decisión debe ser libre y sin coacción por parte de padres/madres o profesores e investigadores).
Garantizar que todas las opiniones generadas del estudio serán respetadas y tomadas en cuenta seriamente.
Explicar cómo se utilizará la información obtenida de los instrumentos realizados a los niños. Manifestar claramente que los niños son los actores sociales del estudio. Por lo tanto tendrán siempre toda consideración, prioridad y protagonismo.
Estas cuestiones éticas se vinculan a dos elementos fundamentales que es necesario tener en cuenta. En primer lugar, la importancia de la disminución de la disparidad de poder y estatus y de la hegemonía adulta: este condicionante ético invita a reconocer que los adultos poseemos una limitada compresión de las vidas y experiencias de la infancia (
En segundo lugar, conviene tener en cuenta el papel de la investigación educativa que requiere superar el acto consultivo y el derecho a que los niños pregunten y conozcan el uso que se hace de su perspectiva. Por ende, la recogida de la perspectiva infantil debiera contemplar una repercusión en la vida de los pequeños para mejorarla y atender, a las aportaciones, que en determinados temas reportan.
Los medios de comunicación y los móviles se utilizan, como se ha constatado en esta investigación, por parte de la infancia desde edades cada vez más tempranas. Así mismo, en la vida infantil tienen un potencial innegable y desempeñan un papel importante en la difusión de información destinada a los niños, en su capacidad de expresión y en la representación que de la infancia se proyecta a través de las pantallas. Al respecto, “los media han dejado de ser por su abrumador peso social un mero instrumento, para pasar a convertirse en condición de nuestra existencia específica, y en nuestro entorno social y cultural” (
En este sentido y teniendo en cuenta que la infancia convive con medios e interactúa a través de ellos cada vez más temprano es necesario un estudio profundo que ayude a comprender mejor la vida de los niños en la actualidad lo que posibilitará un mayor conocimiento de la infancia. Además de ello, urge establecer mecanismos que nos sirvan para velar por el adecuado uso de los medios y para ello, como se ha indicado anteriormente, la Convención de los Derechos del Niño se presenta como marco de referencia.
En este marco destacan los tres ejes fundamentales que propone la Convención de los Derechos del niño, es decir, los conocidos como las tres P: Provisión, Protección y Participación (
Provisión, entendido como acceso de los niños al uso de medios y pantallas;
Protección que en nuestro caso hace referencia a las condiciones de riesgo para la protección infantil y las garantías de supervisión y apoyo de las que los niños se sientan partícipes;
Participación, en el sentido de reconocer las preferencia infantiles sobre el uso de dichos dispositivos en su vida cotidiana y su presencia y toma de decisiones sobre las actividades de ocio en su tiempo libre, además de entender la participación de los niños como informantes en posibles investigaciones que deseen empoderar a la infancia.
Por último conviene señalar que el desarrollo de prácticas que promuevan los derechos de los niños ante los medios y su uso adecuado y responsable se convierte en un reto para la educación del siglo XXI. Un desafío incuestionable e irrenunciable que podrá alcanzarse apelando a la formación de una ciudadanía prosumidora, participativa y democrática que requiere sumar esfuerzos por parte de todos los agentes educativos adultos implicados en la educación de la infancia. Una educación que tiene que acometerse en un marco de escucha, diálogo y participación donde los pequeños puedan expresarse, sentirse representados y escuchados, en la línea de lo que plantea la CDN. Se trata de una educación que, desde edades tempranas debe apostar por la alfabetización y el empoderamiento de la infancia. Una infancia que, como de ha indicado en la propuesta que se ofrece en esta investigación debe evolucionar desde el nivel inicial: niño como agente pasivo, hasta la cumbre: el niño como sujeto crítico. Para ello los “padres deben asegurarse de que los contenidos que ven tengan calidad, sean apropiados para ellos y, a poder ser, que contengan elementos interactivos para evitar la pasividad” (
Esta tarea compete a los diferentes agentes formativos: familias y escuela y también a los propios medios. En este sentido, “El papel de los padres es fundamental para que los niños adquieran hábitos tecnológicos saludables” (
Se hace hincapié además en la importancia de la legislación actual que hace referencia, en el marco general y de forma concreta en casos específicos, al respeto a los derechos del niño así como a la necesidad de darles voz y visibilizarlos en el contexto digital en el que se desarrollan.
En este sentido las experiencias de juego, aprendizaje, participación y socialización tienen una vertiente digital, a pesar de que las familias, el profesorado y los legisladores no siempre comprenden los riesgos y oportunidades asociados a esto (