Muerta pero no enterrada: Hannah Dustan y la creación de una comunidad norteamericana de memoria
Resumen
Apresada por un grupo de indios abenakis, el 15 de marzo de 1697, Hannah Dustan presenció el asesinato de su bebé a manos de sus captores y sufrió todo tipo de torturas físicas y psicológicas. Ante el temor a padecer mayores tormentos a su llegada al campamento al que eran conducidos, la mujer asesinó a sus captores y les arrancó las cabelleras. Considerada por muchos como “madre de la historia norteamericana”, Dustan ha sido incluso tildada por otros de asesina de indios. Las múltiples versiones de su experiencia evidencian cómo los mitos nacionales femeninos y sus víctimas nativas se pusieron al servicio de una retórica política que justificó la colonización y el expansionismo norteamericanos y que promovió fórmulas patrióticas claramente basadas en la superioridad masculina y el supremacismo blanco que parecen haber resurgido durante la presidencia de Donald Trump.
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© de los textos: los autores y las autoras
© de la edición: Universitat de València (año en curso)
Depósito Legal: V.229-1995
ISSN impreso: 1135-4178
ISSN Electrónico: 2444-1457